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Arqueología junto al Centro Comercial
Covatella: camino íbero y acueducto musulmán.
Poblanos.es 27/11/11 - 14:28

Practicamente terminada la restauración y puesta en valor del yacimiento junto al parking del Centro Comercial, cerca de Kiabi y detrás de Norauto. El canal musulman cortó el camino original, que se ve continuar al otro lado. La dirección del camino implica que podría tratarse de la conexión de Edeta (Lliria) con Sagunt.

 
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Imágenes 2011

Aunque la información muy completa y detallada que se ha puesto en la cartelería es perfectamente legible y vale la pena acercarse a conocer el sitio, copiamos aquí algunas partes a fin de llegar a visitarlo con algun conocimiento previo.

La necesidad de comunicación entre los diferentes asentamientos humanos dentro de un espacio y su trazado a lo largo de la historia, estará condicionado por el medio físico, el marco político administrativo, las necesidades del comercio, y una economía favorable para realizar su construcción.

Via Heraklea: En la antigüedad, las principales rutas terrestres enlazaban toda la vertiente mediterránea de la Península Ibérica, desde el sureste francés hasta Cádiz (la Gadir cartaginesa).
El camino principal era conocido como Vía heraklea, que bordeando la costa alcanzaba Kart-Hadtha (Cartagena).
Principalmente fue utilizado para realizar intyercambios comerciales entre las colonias griegas del levante ibérico con la población indigena del sur peninsular.
El llamado Camino de Anibal sin embargo, discurría por el interior siguiendo la márgen izquierda del Guadalquivir y que llegaba a Levante.
Los caminos interiores en general empleaban las vias de paso naturales, como valles o ríos navegables, y las poblaciones se establecían en sitios estratégicos para ejercer su control.

Aunque la red de caminos fue diseñada con fines militares y políticos, paulatinamente alcanzó importancia económica al facilitar el desarrollo del comercio.

Los íberos contaban con una red urbana jerarquizada a partir del eje principal, la Via Keraklea, que enlazaba las principales ciudades íberas.

A través del valle del Ebro se llegaba a Arse (Sagunto) dirigiendose a Edeta, y desde allí a Saiti (Xativa) hasta Llici (La Alcudia de Elx).

Esta via principal contaba numerosos ramales que llegaban a otras capitales como Keli (Coudete de las Fuentes), La Bastida de les Alcuses (Moixent) o Kill Gill (La Carencia de Turís), El Castellar de Meca (Ayora), así como a otros caminos secundarios que comunicaban núcleos de población de menor categoría.

El camino ibérico encontrado en este Conjunto Arqueológico sirvió como via de comunicación para el transporte e intercambio de los diversos productos que constituían la economía de estos asentamientos con otras comarcas.

No se puede concretar durante qué siglos estuvo en uso, ya que no hay indicios suficientes que permitan probarlo. Si bien, a juzgar por las profundas huellas de uso y las reparaciones constatadas, parece que lo estuvo durante largo tiempo.

Con el transcurso de los siglos entró en desuso a causa de cambios sociales determinados por los nuevos ciclos históricos. Reflejo de ello es el hecho de que más tarde fuera cortado con la apertura del canal encontrado.

Algunos de estos viejos caminos, al ser utilizados para el tránsito comarcal o el paso de ganado, recuperaron su trazado. Es el caso del Camino de la Covatella, ya que según recoge la cartografía histórica en un plano catastral de 1928, su traza se ha perpetuado en la Vereda de Lliria a Valencia, a su paso por La Pobla de Vallbona.

El camino íbero de la Covatella, se conserva en un tramo de 68m, con un ancho de vía de entre 1,90 y 2m, excavado en la roca natural.

La intervención arquelógica realizada ha sacado a la luz numerosos vestigios y valiosa información para conocer los usos y costumbres del transporte en la antigüedad.

Al día de hoy, sólo se conoce la tipología de los vehículos utilizados a través de la iconografía íbera, faltando aún un análisis en función de las marcas reflejadas en los caminos. Una investigación no realizada todavía.

Estudiando su recorrido, se ha podido establecer que la circulación sería para un solo vehículo, contando con un apartadero para facilitar el cruce en caso de encontrarse más de un carruaje.

La fuerte pendiente del camino en un punto de este tramo (42%) ha ocasionado profundos surcos dejados por las ruedas de los carros, además de diversas hendiduras en la base del camino, coincidentes donde las rodaduras eran más profundas, debido al impetu de los vehículos al avanzar en este punto.

Para salvar esta accidentada cuesta, se emplearon trancos encastrados en sendos artificios localizados a ambos lados del camino.

Otros vetigios visibles en la roca de las margenes del camino fueron producidos por el roce de los ejes de las ruedas a su paso.

Todas estas improntas sobre la roca nos han permitido, mediante el estudio arqueológico, obtener numerosos datos respecto a los vehículos que habitualmente frecuentaban este camino, como sus dimensiones, el diámetro de las ruedas, o la existencia de un servicio de mantenimiento del camino, a fin de evitar el deterioro producido por su constante circulación.

En cuanto al aspecto del camino en aquella remota antigüedad (no hablamos menos de 2mil años), según un espeleólogo consultado, tendría una apariencia idéntica a la que vemos actualmente en el sector recuperado. Vemos lo que veían nuestros antepasados. Sólo el paisaje habría cambiado radicalmente en el entorno, cuando las huertas musulmanas minifundistas reemplazaron a los grandes latifundios romanos dedicados al cultivo de trigo mayoritariamente.

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